Lena Valenti siempre es un seguro. De esas autoras que cuando tienes un parón lector, un bloqueo o no sabes a ciencia cierta qué quieres leer, acude a tu encuentro para rescatarte. Con Guardiana de Fuego, la primera parte de la Trilogía del Fuego Sagrado publicada por Grijalbo, ha vuelto a conseguir que leyera uno de sus libros de una sentada y que esté esperando con ansia la segunda parte (porque vaya final, exijo daños y perjuicios :)
Estamos a principios de año, pero desde ya mismo puedo decir que esta trilogía se va a convertir en una de mis mejores lecturas anuales sin lugar a dudas, porque la mezcla de fantasía, thriller y dark romance, rituales demoníacos y legados familiares con un toque oscuro y spicy, hacen de esta una historia magnética.
Conocía a Lena Valenti a través de las sagas Amos y Mazmorras y Hasta los Huesos, que me encantaron y devoré sin apenas darme cuenta. Así que al enterarme de que volvía a publicar una trilogía, no dudé en darle una oportunidad. ¡Y menos mal, porque la historia es de esas que tienes que descubrir sí o sí!.
El inicio de la historia es más pausado de lo que he leído en alguna de sus otras historias, pero la verdad es que teniendo el cuenta el tema que trata, la situación de Ares (su protagonista) y todo el misterio que la rodea merece que se trate con una delicadeza especial. Y es que los protagonistas me han parecido redondos. Ares, con toda su historia personal, su trayectoria de vida y su evolución como personaje es un verdadero diez. Y qué decir de Adonis: magnético, misterioso, único. Uno de los mejores personajes masculinos que he leído de Lena sin lugar a dudas.
Eso sí: la historia es intensa. La relación entre los dos protagonistas se cuece a fuego lento, pero el contexto de su relación, las circunstancias personales de Ares y el misterio que rodea a toda la historia hacen necesario que el ritmo sea el que es. Tiene sus correspondientes partes de salseo, pero también ciertos pasajes con aviso de Trigger Warning al inicio de la novela, cosa que se agradece, porque se tratan temas delicados y es mejor estar prevenidos.
Uno de los puntos fuertes de la historia es lo bien documentada que está. Guardiana de Fuego tiene la fuerza que tiene porque no solamente se dedica a contarnos una historia a caballo entre la ficción y la realidad, sino que se encarga de envolvernos en una bruma mitológica y pagana con tintes rituales y demoníacos de la que nos será muy difícil escapar.
Y es que Lena Valenti nos hace viajar a su Baetulo natal. Y no, no es que el corrector se haya vuelto loco y haya saltado por ahí una palabreja rara. Ni tampoco que Lena haya nacido en vete tú a saber dónde, que ese nombre no te suena de nada. Lo cierto es que nos trasladaremos a Baetulo sí, que no es otra que la actual Badalona. Pero haremos un viaje no solamente a la Badalona del siglo XXI, sino que aquellos que adoréis la mitología romana vais a disfrutar de lo lindo, porque esta primera parte de la trilogía es un viaje iniciático a las entrañas de los cultos romanos y a sus rituales antiguos.
Aunque no solo de mitología y rituales vive esta historia. Guardiana de Fuego es un thriller con todas las de la ley, repleto de misterio, suspense y mucha acción. Pese a sus más de 300 páginas, la historia es tan fluida, interesante y con una combinación tan buena de thriller, fantasía y dark romance que es imposible soltar la novela hasta llegar a la última página.
¡Y vaya final! Porque como he dicho al principio de la reseña, es de esos cierres que finalizan por todo lo alto, repleto de intensidad, venganza y oscuridad. La segunda parte promete darnos todo lo que la primera parte, por ser más introductoria, no nos ha dado al cien por cien, así que deseosa estoy de poder leerla en los próximos meses.
En definitiva, Guardiana de Fuego es una primera parte de trilogía intensa. Mitológica y pagana, ritual y demoníaca, mezcla de thriller y fantasía, con toques spicy y de dark romance, es un inicio de trilogía hechizante, magnético y del que será imposible despegar la vista.